Las bombas

Noticiero, 19:47 de la tarde de un jueves de Marzo.

Me pregunto cuánta gente estará en este mismo momento escribiendo el diario de la pandemia. Está por anunciar el presidente, o eso dice la tele, que, en exactamente cuatro horas, once minutos y treinta segundos comenzaría la cuarentena total para todo el territorio argentino.

A pesar de todo, la gente sale a la calle. Algunos salen porque se están yendo a la costa por el fin de semana largo. Es largo porque es 24 de Marzo. Porque hace 44 años hubo un golpe de estado, un 24 de Marzo. La gente también salía a la calle en ese momento. Las madres a buscar a sus hijos desaparecidos, los milicos a desaparecer gente.

Un tipo en la tele acaba de decir algo acertado. Esto es una guerra donde las bombas somos nosotros mismos. No es que nos atrincheramos porque nos caen granadas en la cabeza, nos atrincheramos porque nosotros cargamos el virus.

El mismo tipo dice que necesitamos entender que esto no es opinable, porque acá todo es opinable, aún los carteles. Si dice máxima 80, nosotros decimos “pero si a 90 no pasa nada”. Si el cartel dice ate a su perro, nosotros decimos “pero mi perro no hace nada, lo dejo suelto, no pasa nada”. Si el gobierno dice quédate en tu casa, nosotros llevamos al nene a lo del amiguito para que jueguen y no se aburran, total no pasa nada. Transgredimos un poquito siempre.

Esto lo vimos en las películas, la gente emigrando al bosque, a la costa, escapando de las ciudades. En las películas siempre hay alguien que escribe un diario sobre el avance de un virus transmitido por monos y creados por científicos malos, por aliens, por rusos. Por momentos parece todo una película, un deja vu, esto ya lo vimos, pero en pantallas.

Las bombas somos nosotros. Lo mismo de siempre, total normalidad.